El mundo después del Covid-19 será más sostenible y menos competitivo

Pensamos que toda crisis es una oportunidad para crecer como personas y como profesionales, y esperamos que cuando volvamos a recibir clientes (a partir del 11 de mayo), nuestro servicio tenga un impacto aún mayor en su bienestar y felicidad.

El cierre de la actividad decretado por el Estado de Alarma el pasado 14 de marzo y el confinamiento en nuestras casas, separándonos de personas a las que queremos mucho y no podemos ver ni abrazar, nos ha sensibilizado aún más con valores que ya nos definían, como la resiliencia, que es ahora nuestra principal herramienta para mirar al futuro sin miedo y con total confianza.

El mundo que anhelábamos –más sostenible, humano, solidario e interconectado– parece que toma forma a medida que seguimos sumando días en el calendario del confinamiento.

No sé si era necesiaria la situación que vivimos para que paráramos y abriéramos los ojos, pero es lo que es.

Y como no queda otra opción que aceptar la realidad que vivimos ahora y aprender de ella, durante estos días hemos reflexionado sobre cómo queremos atravesar esta crisis y aquí van algunas conclusiones:

• si antes del Covid éramos exitosos y no teníamos tiempo para las cosas importantes, algo se nos estaba escapando
• los sueños sostenibles no se mueren por un virus, aunque sea el coronavirus
• la paz y la felicidad vienen de nuestra actitud, no de lo que hacemos
• es posible vivir haciendo lo que amas
• ningún cliente querrá a tu empresa si tú ni tu equipo la amáis primero
• esperamos lo mejor y nos preparamos para lo peor
• el dinero no es malo ni bueno, hay dinero triste y dinero feliz
• podemos ser aceleradores el cambio practicando los valores emergentes desde nuestra parcela invidual

Estas semanas hemos tenido la oportunidad de charlar sobre estas cuestiones con otros hoteleros de Rusticae y lo que pensamos quienes nos dedicamos a la hotelería pequeña y al mundo de la hospitalidad es que ahora más que nunca debemos ser muy conscientes del impacto que tiene nuestra actividad no sólo en el medio ambiente sino también en la vida de las personas.

Porque ser sostenibles es mucho más que tener iluminación LED, reciclar envases y reducir el consumo de plástico

No podemos posicionarnos como abanderados de los proyectos sostenibles si en nuestra esfera personal no estamos alineados con esa filosofía. La disonancia terminará explotando por algún lado y nos hará menos competitivos y atractivos que nunca.

Por eso, si sentimos que esta crisis nos enfrenta a una tesitura para la que no estamos preparados, es mejor ser honestos y trabajar en primer lugar aquello que no tenemos resuelto. Nuestra vulnerabilidad es un signo de humanidad y seguramente, después de lo que estamos viviendo, nuestros clientes van a querer establecer relaciones con empresas que sean ante todo humanas y que se esfuerzan por ser transparentes y lo más honestas que pueden.